No deja de ser extraño el fenómeno del veletismo, chaqueterismo, o cual sea su auténtica denominación, en su máxima expresión dentro de ciertos sectores de aficionados y de buena parte de la prensa que sigue el mundial. ¡Qué casualidad que el enemigo sea siempre el equipo en el que no está Alonso! Y digo enemigo, que no rival, por ser el vocablo empleado por el líder yihadista del alonsismo militante.
El ejemplo más claro lo tenemos en Ferrari que pasó, de ser la más viva encarnación del demonio, a ser la actual, pura y limpia escudería que es hoy en día. Todo gracias a la intercesión de los santos y apóstoles que la llevaron por el buen camino. Pero lo dañina y malévola que fue Ferrari hasta 2006 es algo que ahora mismo nadie recuerda, será que el ser humano tiene esa virtud de olvidar lo que le conviene, de ahí que declaraciones del tipo "Ferrari hace trampas" pueden haber caído en un precioso y profundo agujero negro. Pero la hemeroteca es una jodida compañera de viaje...
Y como Ferrari ha dejado de ser el equipo enemigo hay que poner las miras en otros. Primero fue McLaren tras el tortuoso 2007, lo que marcó el inicio de los brotes pseudoferraristas en este país llamado España. Brawn GP no tuvo el honor de ser considerado como tal, ya bastante se tenía con que la gente viese las carreras en un nefasto 2009 para Alonso y Renault. Pero poco tardaría en llegar el nuevo Lucifer: Red Bull. Esa escudería simpática y fiestera que caía bien a todos... hasta que le dio un volante a Newey para conducir el coche de Vettel y empezó a ganar carreras y títulos mundiales. Es quien ocupa el lugar destacado como blanco de las iras de la alonsada(1), y ojo que Mercedes no le robe a Red Bull el primer puesto después de su test con los Pirelli. Y eso que según el académico del paddock, la afición española debía apoyar a Mercedes el domingo pasado. ¿Cambiará su discurso tras lo de Pirelli? Con lo lógico y coherente que es, no tengo dudas. Y estará del lado de Red Bull, que es el que conviene ahora porque está de acuerdo con Ferrari, al menos en el caso de ese test.
Y como Ferrari ha dejado de ser el equipo enemigo hay que poner las miras en otros. Primero fue McLaren tras el tortuoso 2007, lo que marcó el inicio de los brotes pseudoferraristas en este país llamado España. Brawn GP no tuvo el honor de ser considerado como tal, ya bastante se tenía con que la gente viese las carreras en un nefasto 2009 para Alonso y Renault. Pero poco tardaría en llegar el nuevo Lucifer: Red Bull. Esa escudería simpática y fiestera que caía bien a todos... hasta que le dio un volante a Newey para conducir el coche de Vettel y empezó a ganar carreras y títulos mundiales. Es quien ocupa el lugar destacado como blanco de las iras de la alonsada(1), y ojo que Mercedes no le robe a Red Bull el primer puesto después de su test con los Pirelli. Y eso que según el académico del paddock, la afición española debía apoyar a Mercedes el domingo pasado. ¿Cambiará su discurso tras lo de Pirelli? Con lo lógico y coherente que es, no tengo dudas. Y estará del lado de Red Bull, que es el que conviene ahora porque está de acuerdo con Ferrari, al menos en el caso de ese test.
Y no sólo del odio a esos equipos viven los yihadistas alonseros, están esos terroristas, kamikazes que participan en las carreras, los que osan adelantar a Alonso en una muestra de desprecio absoluto por el samurai de la parrilla y también los que se atreven a disputarle el mundial. Son los Grosjean, Pérez, quizás Sutil (tras su gran adelantamiento en Loews) o Vettel, por no hablar del gran enemigo en el pasado, y ahora amigo, llamado Lewis Hamilton. A Kimi se le aplicaría lo mismo, pero solo se le tuvo tirria durante un año (2005) y todo ello gracias al sensacionalista de Gonzalo Serrano, empeñado en llamarle manazas. Pues el muy manazas lleva acabando todas las carreras desde que volvió en 2012 a la competición.
Como no podía ser menos, todo esto es obra y gracia de los encargados de hacernos llegar la F1 a nuestros hogares, con el profeta Lobato a la cabeza dictando un dogma carrera sí, carrera también, cuyas enseñanzas se basan en fomentar el odio a todo lo que no es Alonso y Ferrari, hablar de conspiraciones en esas tertulias en las que lo principal es soltar burrada tras burrada. Y sí que deben ser efectivas porque en twitter, y en algún blog que se puede calificar de yihadista y al que no daré ninguna publicidad, es, por desgracia, bastante habitual ver insultos de forma constante a pilotos como Grosjean cada vez que tiene un accidente, o desear que sea Vettel quien lo sufra, por no hablar de esos que pagan una entrada para ver la carrera en Montmeló y se enorgullecen de decir: "Estoy viendo cenar a Vettel. Ojalá se atragante. jajajaja". Y cuando digo Vettel o Grosjean se pueden poner otros nombres, como Pérez sin ir más lejos por la carrera de Mónaco, o Räikkönen tras la salida en Suzuka 2012, cuando en realidad fue error de Alonso por medir mal. Por suerte, los hay que tienen dos dedos de frente y, siendo alonsistas, no se dejan influenciar por las paridas conspiranoicas que se escuchan cada fin de semana de carrera. Esos son los verdaderos aficionados y no los derivados del producto lobatiano, que ensalzan todo lo que hace Alonso y no reconocerían un error suyo en la vida.
¿Se pretende así crear una verdadera afición a la F1 despreciando a todo lo que no sea Alonso? ¿Es necesario llegar al extremo de echar mierda encima de un piloto que ha complicado una carrera de Alonso? Desde luego con aficionados como estos, pertenencientes a la yihad alonsera, la F1 morirá en España el día que Alonso decida colgar el casco, porque ya se sabe: No Alonso, no party. Y no será por veces que una parte de mi desea que Alonso se retire y se les acabe el trabajo a ciertos impresentables que quieren imponer su verdad a base del desprecio y calumnias. Eso sí, lo sentiría por aquellos periodistas que cubren el mundial y hacen bien su trabajo. Serán pocos, pero cumplen con su labor: informar.
(1) Alonsada: dícese del sector más radical del alonsismo por el que se debe desear el mal a pilotos como Vettel, Grosjean, Pérez, Michael Schumacher, Ralf Schumacher, ect., o equipos como Red Bull o Mercedes. Se decía que, antiguamente, deseaban el mal a Ferrari y a Hamilton. No confundir con Alonsismo.