Desde el año 2007 el circo rodante, incluidos payasos y acróbatas, de la F1 no pisaba suelo yankee y tras un lustro de ausencia será el nuevo Circuito de las Américas el que albergue una nueva edición del Gran Premio de los Estados Unidos. Y no lo podía hacer en mejores circunstancias que en una apretada lucha por el título mundial. Esto me recuerda a la edición del año 2000, cuando el mundial volvía al país de las barras y estrellas en el mítico circuito de Indianápolis con dos auténticos cracks luchando por alcanzar su tercer título mundial: Michael Schumacher y Mika Häkkinen. Este año será cosa de Fernando Alonso y Sebastian Vettel. Por seguir haciendo comparaciones con el año 2000, uno pilotaba un Ferrari e iba segundo en el campeonato y el líder conducía un coche diseñado por Adrian Newey. Y luego dirán que las casualidades no existen.
Como decía en la introducción, el Circuito de las Américas en Austin es la novedad del calendario de este 2012 que está llegando a su fin. El trazado, como no podía ser de otra manera, es obra de la mente perturbada de Hermann Tilke. Lo que más llama la atención del circuito es la recta de salida, con una subida que recuerda a la del Red Bull Ring, anteriormente conocido como A1-Ring, con la diferencia de que, tras trazar la curva, los pilotos afrontrarán un descenso que desembocará en una serie de curvas enlazadas de alta velocidad, muy similares a las enlazadas de Maggots, Becketts y Chapel de Silvestone (curvas 3 a 6). Como viene siendo habitual en los circuitos con la firma de Tilke, esta zona desembocará en una curva de baja velocidad (curva 11) que da inicio a una larga recta con vistas a posibles adelantamientos. Acabada esa recta comenzará la parte lenta del circuito, que será la más favorable al RB8 (curvas 12 a 15) para dar lugar a un curvón de varios vértices en los que la carga aerodinámica será importante para lograr buenos tiempos en ese sector (curvas 16 a 18).
Hablar de favoritos en un circuito nuevo siempre es complicado, pero se puede pensar que el Red Bull volverá a ser el coche a batir, especialmente en el último sector del circuito. Ferrari volverá a estar en una situación complicada en la que solo les vale trabajar, trabajar y trabajar si quieren llegar con la menor desventaja posible a Interlagos. El piloto ya lo tienen, lo que necesitan es dar con la tecla con las mejoras que lleven a Austin y ser más listos que Red Bull. Por su parte, de McLaren no sabría muy bien que esperar, la irregularidad del equipo es importante y la fiabilidad es su principal caballo de batalla. En condiciones normales, deberían poder luchar por los puestos de cabeza, pero a saber con que nos sorprenden, eso sin tener en cuenta su nuevo episodio de McLaren Tooned. Como siempre, atentos a los Lotus, Sauber, Force India y Williams en su labor de posibles jueces del mundial.
Para ello, Pirelli llevará los compuestos duros y medios, o lo que para cierto comentarista serán duros y blandos. Pirelli opta por la opción más conservadora en la selección de sus neumáticos, en cierto modo por tratarse de un circuito nuevo del que no tienen datos de su asfalto, por otro lado, su papel de posibles jueces del mundial queda totalmente descartado.
Al igual que hice en Abu Dhabi apuesto por Vettel tanto en calificación como en parrilla. Visto lo que ocurrió el sábado en Yas Marina, no creo que a los seguidores de Vettel les haga mucha gracia mi predicción. Desde aquí aprovecho para pedirles perdón de forma anticipada, además de decir que deseo que no tenga ningún problema técnico. Prefiero lucha a que un piloto gane por averías de otro, como creo que hacen en cierta cadena de televisión.
Más información del Gran Premio de Estados Unidos, así como sus horarios, la tenéis a vuestra disposición en la página Próximo GP.
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