Si buscásemos en las páginas de la historia de la Fórmula 1 estoy seguro de que encontraríamos grandes carreras, grandes circuitos, grandes equipos, grandes campeones y grandes pilotos que, por algún motivo, no han sido campeones del mundo pero que se han ganado un hueco en el corazón de los aficionados. Seguro que por vuestra mente habrán pasado más de un nombre, pero hoy lo adecuado es honrar la memoria de uno de ellos, un canadiense llamado Gilles Villeneuve.
Por edad me ha sido imposible ver alguna carrera de este crack nacido en Quebec, por suerte vivimos en una época en la que, gracias a la tecnología actual, es posible rememorar grandes momentos del propio Gilles, viniendo a mi mente las últimas vueltas de Dijon 1979 luchando con René Arnoux por la segunda posición, o su vuelta de regreso a boxes con solo 3 ruedas en Zandvoort. La valentía era algo que, sin duda, le caracterizaba.
El mayor diablo que nunca me he encontrado en la Fórmula 1. (Niki Lauda)
Debutó con McLaren en 1977 y sólo correría el Gran Premio de Gran Bretaña con el equipo de Woking para disputar las dos últimas pruebas de ese mismo año con Ferrari. En su Canadá natal comenzó una anadadura de 67 carreras para el equipo de Il Commendatore, con quien no tuvo la clásica relación jefe-piloto, que le llevaría a conseguir un total de 6 victorias, 2 poles, 8 vueltas rápidas y 13 podios en las 66 carreras que disputó.
Este coche es una mierda, estoy perdiendo el tiempo. Pero… lo pilotaré… durante todo el día, haré trompos, lo estamparé contra las vallas, haré lo que usted quiera porque es mi trabajo. Simplemente le digo que no somos competitivos. (Gilles Villeneuve)
Su primera victoria llegaría un año después de su debut con la balas rojas en su patria, en el circuito que hoy lleva su nombre, en la última carrera del año 1978, aunque su mejor temporada no tardaría en llegar. En 1979 consiguió la victoria en tres carreras, además de otros cuatro segundos puestos. Tuvo la ocasión de ser campeón ese año, pero acató órdenes de equipo, haciendo de escudero del que acabaría siendo el, hasta hoy, antepenúltimo campeón con la Scuderia. Gilles finalizaba segundo en la clasificación de pilotos.
La temporada de 1980 no seguía las trazas de la anterior, siendo más complicada y con peores resultados. Un total de 6 puntos acabaron en el casillero del piloto canadiense quien finalizó en la decimocuarta posición. Al menos, en 1981 tuvo mejores resultados que el año anterior.
Nos enseñó a apreciar las fuerzas que las partes mecánicas han de soportar cuando un piloto se encuentra a sí mismo ante lo desconocido. (Enzo Ferrari)
En 1981 acabaría sumando dos victorias más a su palmarés, siendo una de ellas en Mónaco superando a Alan Jones, y la segunda en el Jarama. Esa victoria en el Jarama acabaría siendo su última victoria en la categoría, pero no su último podio, ya que aún lo visitaría dos veces más, una de ellas en Canadá.
La temporada 1982 empezaría con dos ceros en su casillero y la tercera carrera se disputaba en Imola. Villeneuve y Pironi compartían equipo y rodaban primero y segundo en esa carrera tras el abandono de Rene Arnoux, piloto de Renault. En ese momento se enseñó a sus pilotos un cartel que decía Slow, con lo que ambos pilotos debían mantener su posición. Sin embargo Pironi desobedeció las indicaciones, superó a Villeneuve en la última vuelta y se acabó anotando la victoria. Gilles se sintió traicionado y ese hecho pudo haber afectado a su habitual comportamiento.
La siguiente cita era en el trazado belga de Zolder y Pironi superaba por una décima a Villeneuve en los entrenamientos oficiales. En su último intento por superar al francés en parrilla, salió a la desesperada en busca de la pole, desgraciadamente chocó con la rueda trasera del monoplaza de Jochen Mass y salió despedido, falleciendo ese mismo día.
El bravo canadiense nunca pudo coronarse como campeón del mundo, pero sí consiguió un hueco en el corazón de los tifosi y de los aficionados a la Fórmula 1.
La gente dice que estoy loco porque me ven derrapando muchas veces. Déjame que te diga algo, ¡un piloto de Ferrari que no vaya de lado durante estos cinco años no hubiera sido un piloto de carreras! (Gilles Villeneuve)
Salut, Gilles
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3 comentarios, ¡anímate a comentar!
Sencillo pero sentido recuerdo al bravo del #27.
Recuerdo de tanto en tanto su victoria en Jarama sosteniendo a 5 que eran igual de difíciles de tratar, además del podio que obtuvo bajo la lluvia sin el ala frontal (otros tiempos evidentemente, pero había que hacerlo), así como aquel 9º puesto en su debut en el GP que contó con más preinscritos (con ese añejo, mas glorioso M23).
En fin, como bien dices: "...consiguió un hueco en el corazón de los tifosi (y de todo aquel que se digne de ser un auténtico amante del motorsport)...". Para mi el piloto que representa aquello que significó ser un piloto de la Rossa (y podría agregar de los tiempos en que esto era más romántico), y sin lugar a dudas "un gladiador de las pistas" con todas las letras.
Gracias por mantenerle presente.
P.D.: Corrijo, eran 4, el 5º difícil de jarama era él, je. Por cierto, como de costumbre en estas ocaciones, buen acompañamiento del material audiovisual seleccionado.
Me alegra que te haya gustado, a los grandes siempre hay que tenerlos presentes, hayan sido campeones o no.
Saludos
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